Agustina y yo siempre tenemos conversaciones fréneticas y sin ritmo. El chat de Facebook dice que nuestra conversación tiene 6500 líneas, pero son más y ya tenemos 3 años de conversación. De todas las cosas que hemos hablado hay muchas que se repiten: Osvaldo Lamborghini, caballos, Anne Sexton, gatos, etc… Me imagino que nuestra afinidad viene dada por las palabras.
Lo primero que leí de Agustina fue su twitter y el sentimiento fue similar al de mirar un gato en una calle solitaria. Lo frío y seco de sus palabras ejerció un magnetismo inevitable y durante mucho tiempo lo único que pude leer fueron sus tweets. Luego de pedirlo varias veces, un día me enseñó tres manuscritos y nueve meses después nala se convertiría en la primera edición de Las Injurias y probablemente el único poemario de nuestro catálogo. Los otros dos eran buenos, pero nala era una voz fría, seca y ambivalente.
01-) ¿Podrías decirme brevemente cómo fue tu proceso para escribir Nala? Era febrero en Buenos Aires, verano pesado. Salí de casa a la mañana para ir a hacer alguna compra y me dio el sol de lleno. No sé por qué vinculé esa luz con unos aros brillantes, rojo y azul, con forma de guante de box. No sé nada de boxeo, nunca me interesó, sólo vi el sol y los aros, volví y me puse a escribir y quise escribir algo que se acomode a ellos. En diciembre había conseguido en Mar del Plata Guantes de gamuza, de A.C.C., y la tenía a ella un poco en la cabeza un poco como siempre, de ahí una mujer y la locación que creo que no hay pero de haber tiene que ver con un afuera seco, zona de toldos, de carreteras borrascosas de Brasil. Ahí ya tenía un hombre, una mujer y un escenario. Luego ver cómo hombre y escenario no aparecían y cómo deambulaba por un lado la mujer y por otro una procesión, también de mujeres. No hay mucho más.
02-) ¿Cómo ves lo que escribes, podrías ubicarte en alguna tendencia? Escribo desde que me acuerdo y se me hace algo muy próximo el escribir, pero lo escrito me resulta no ajeno pero sí algo lejano. Cuando escribo lo hago como en un olvido, un olvido que obviamente está lleno pero es un colmado irregular. No me siento a escribir ni con tendencias ni con autores, pero se infiltran y a su turno llegan. Creo que las tendencias en este 2014 en Buenos Aires fueron bastante desencontradas. De mi círculo de conocidos, se publicaron Astiz de Manuel Schifani, Los Colmillos de Denì Rodríguez Vallejo y Ciudad Límite de Alan Ojeda, que no tienen en común sino su año de edición. Claro que cada uno escribe con y contra una biblioteca, y eso sí puede leerse. También se lee cuando la biblioteca se le viene a uno encima. Después, en un sentido más amplio, hay nichos más sólidamente constituidos, un intimismo chato de versos cortos, sin musicalidad, otro reducto orondo de retóricas del altoparlante… En el mejor de los casos, escrituras encandiladas con ciertos tópicos del siglo XX, desacomodo entre lo alto y lo bajo, performance, todas cosas que están y estuvieron bien en su momento pero que aparecen hoy como trasplantadas en un suelo que no les pertenece. No logran germinar aunque sus publicaciones sí florezcan como lo hace también el público.
03-) ¿Lo inabarcable tiene alguna importancia para ti? Lo inabarcable me impacta como rabia o arrebato, desesperación pero también un móvil. No creo que exista algo, dentro o fuera del mundo, cualquier cosa, susceptible de ser abarcada. Cuando se lo cree es esperanza, desatención, error de cálculo. Todo es inabarcable por defecto. Dice Osvaldo Lamborghini: ‘Siempre anda, Uno, rondando ciertas palabras. Hasta que las atrapa. No se atrapa. Nada y jamás’. Y dice Víktor Shklovski que la forma es la sonda con la que exploramos la vida, recuperando algunos pedazos. De lo inabarcable me importa el prefijo, el no, la negación, que es ácrata pero está eternamente embarazada del sí.
04-) ¿Eres cruel?, ¿consideras inspiradora la desgracia? Claro que debo ser cruel y estúpida cuanto menos a pausas, pero en líneas generales tanto la crueldad como la estupidez me dan una sensación rara de vergüenza, de pudor, me resultan muy lúbricas. No creo ser una muy buena atleta de la crueldad, sobre todo por decoro. La desgracia por su parte fue una máquina textual desde el primer segundo, con el ‘canta, oh diosa, la cólera funesta’. Luego François Villon y la Guerra de los Cien Años, Goya y la Guerra de la Independencia, Baudelaire y la Comunne, Víktor Shklovski y el comunismo, la desgracia siempre propicia porque enfrenta la resistencia con la imposibilidad que es el tironeo donde se juega casi toda producción artística.
05-) ¿Aparte de la administración pública tienes algún otro enemigo, algo que te moleste? Casi todos nuestros males derivan de que no repudiamos lo suficiente a la administración pública. Más allá de eso, me molestan muchas cosas: la vanidad exagerada sin sustento, la injusticia incluso en sus formas más triviales, tener una memoria muy desvalida, que los colectivos aceleren cuando toco timbre, que haya sol cuando quiero que esté nublado, que el tiempo se pase rápido, que se haya decomisado el invierno…
06-) Aferrarse a las ideas hasta destruirlas, ¿hay algo con lo que estés obsesionada? Me gusta mucho lo que dice Georges Braque, que hay que tener siempre dos ideas, una para destruir a la otra. Igualmente el combate es desigual, no siempre se tiene la alegría de ganarlo y muchas cosas me obsesionan, la peregrinación es una, también ver el cielo o una planta y que existan. Que existan cosas me resulta obsesionante.
07-) ¿Qué estás leyendo actualmente? En una cartera tengo la genial Exégesis de los lugares comunes de León Bloy y en otra la Clínica del abandono de Alda Merini.
08-) ¿Tienes algún poema favorito? Es una pregunta difícil que responderé de manera desactualizada. Cuando estaba terminando la secundaria compré un cuaderno rojo brillante donde iba anotando los fragmentos que más me gustaban. Menciono algunos en el orden caprichoso del cuaderno que fue el orden en que los fui conociendo: Marville de la guerre de Apollinaire, Penseé en mer de Claudel, fragmentos de Los cuadernos de Malte Laurids Brigge, de Rilke, Almas pálidas de Herrera y Reissig, el XIV de los Cantos a Berenice de Olga Orozco, Tu Infancia en Mentón de Lorca, Sala de Psicopatología de Pizarnik…
10-) El futuro es incierto pero quisiera saber que planes tienes. Actualmente estoy escribiendo –estoy en pausa– sobre unas personas que andan por las dunas. De noche hay vientos y de día no se sabe lo que hay.
11-) Fecha y lugar de nacimiento. Buenos Aires, Argentina, 15/03/1991.
12-) Hay algo que me gustaría compartir con la gente que no te conoce y es la fascinación que tienes por ver videos de poetas recitando poemas. Podrías hacer una lista de estos videos a manera de playlist como si fuera para una fiesta, una celebración. ➡︎ https://youtube.com/playlist?list=PLJDwL9LDRtblXNGBltjHdNIHUIaITSqxM 01. Ajmátova lee Réquiem 02. Idea Vilariño lee Ya no 03. Sylvia Plath lee The Applicant 04. Anne Sexton lee Her Kind 05. Vladimir Mayakovsky lee Listen! 06. Zelarrayan lee Materia Prima 07. Osvaldo Lamborghini lee Canción de la madre Hogarth 08. Marosa di Giorgio lee Diadema 09. Alejandra Pizarnik lee Escrito con un nictógrafo, de Arturo Carrera
Hace casi un año le pedí a Karol que me ayudase a hacer un playlist que publiqué en el tumblr de Flores y Fantasmas. Por un momento tuve el interés de convertir lo de los playlists en algo constante dentro de los contenidos relacionados a la editorial pero no funcionó de manera natural así que no hice nada. Luego, con los cambios …
Entrevista: Agustina Zelalic
Agustina y yo siempre tenemos conversaciones fréneticas y sin ritmo. El chat de Facebook dice que nuestra conversación tiene 6500 líneas, pero son más y ya tenemos 3 años de conversación. De todas las cosas que hemos hablado hay muchas que se repiten: Osvaldo Lamborghini, caballos, Anne Sexton, gatos, etc… Me imagino que nuestra afinidad viene dada por las palabras.
Lo primero que leí de Agustina fue su twitter y el sentimiento fue similar al de mirar un gato en una calle solitaria. Lo frío y seco de sus palabras ejerció un magnetismo inevitable y durante mucho tiempo lo único que pude leer fueron sus tweets. Luego de pedirlo varias veces, un día me enseñó tres manuscritos y nueve meses después nala se convertiría en la primera edición de Las Injurias y probablemente el único poemario de nuestro catálogo. Los otros dos eran buenos, pero nala era una voz fría, seca y ambivalente.
01-) ¿Podrías decirme brevemente cómo fue tu proceso para escribir Nala?
Era febrero en Buenos Aires, verano pesado. Salí de casa a la mañana para ir a hacer alguna compra y me dio el sol de lleno. No sé por qué vinculé esa luz con unos aros brillantes, rojo y azul, con forma de guante de box. No sé nada de boxeo, nunca me interesó, sólo vi el sol y los aros, volví y me puse a escribir y quise escribir algo que se acomode a ellos. En diciembre había conseguido en Mar del Plata Guantes de gamuza, de A.C.C., y la tenía a ella un poco en la cabeza un poco como siempre, de ahí una mujer y la locación que creo que no hay pero de haber tiene que ver con un afuera seco, zona de toldos, de carreteras borrascosas de Brasil. Ahí ya tenía un hombre, una mujer y un escenario. Luego ver cómo hombre y escenario no aparecían y cómo deambulaba por un lado la mujer y por otro una procesión, también de mujeres. No hay mucho más.
02-) ¿Cómo ves lo que escribes, podrías ubicarte en alguna tendencia?
Escribo desde que me acuerdo y se me hace algo muy próximo el escribir, pero lo escrito me resulta no ajeno pero sí algo lejano. Cuando escribo lo hago como en un olvido, un olvido que obviamente está lleno pero es un colmado irregular. No me siento a escribir ni con tendencias ni con autores, pero se infiltran y a su turno llegan. Creo que las tendencias en este 2014 en Buenos Aires fueron bastante desencontradas. De mi círculo de conocidos, se publicaron Astiz de Manuel Schifani, Los Colmillos de Denì Rodríguez Vallejo y Ciudad Límite de Alan Ojeda, que no tienen en común sino su año de edición. Claro que cada uno escribe con y contra una biblioteca, y eso sí puede leerse. También se lee cuando la biblioteca se le viene a uno encima. Después, en un sentido más amplio, hay nichos más sólidamente constituidos, un intimismo chato de versos cortos, sin musicalidad, otro reducto orondo de retóricas del altoparlante… En el mejor de los casos, escrituras encandiladas con ciertos tópicos del siglo XX, desacomodo entre lo alto y lo bajo, performance, todas cosas que están y estuvieron bien en su momento pero que aparecen hoy como trasplantadas en un suelo que no les pertenece. No logran germinar aunque sus publicaciones sí florezcan como lo hace también el público.
03-) ¿Lo inabarcable tiene alguna importancia para ti?
Lo inabarcable me impacta como rabia o arrebato, desesperación pero también un móvil. No creo que exista algo, dentro o fuera del mundo, cualquier cosa, susceptible de ser abarcada. Cuando se lo cree es esperanza, desatención, error de cálculo. Todo es inabarcable por defecto. Dice Osvaldo Lamborghini: ‘Siempre anda, Uno, rondando ciertas palabras. Hasta que las atrapa. No se atrapa. Nada y jamás’. Y dice Víktor Shklovski que la forma es la sonda con la que exploramos la vida, recuperando algunos pedazos. De lo inabarcable me importa el prefijo, el no, la negación, que es ácrata pero está eternamente embarazada del sí.
04-) ¿Eres cruel?, ¿consideras inspiradora la desgracia?
Claro que debo ser cruel y estúpida cuanto menos a pausas, pero en líneas generales tanto la crueldad como la estupidez me dan una sensación rara de vergüenza, de pudor, me resultan muy lúbricas. No creo ser una muy buena atleta de la crueldad, sobre todo por decoro. La desgracia por su parte fue una máquina textual desde el primer segundo, con el ‘canta, oh diosa, la cólera funesta’. Luego François Villon y la Guerra de los Cien Años, Goya y la Guerra de la Independencia, Baudelaire y la Comunne, Víktor Shklovski y el comunismo, la desgracia siempre propicia porque enfrenta la resistencia con la imposibilidad que es el tironeo donde se juega casi toda producción artística.
05-) ¿Aparte de la administración pública tienes algún otro enemigo, algo que te moleste?
Casi todos nuestros males derivan de que no repudiamos lo suficiente a la administración pública. Más allá de eso, me molestan muchas cosas: la vanidad exagerada sin sustento, la injusticia incluso en sus formas más triviales, tener una memoria muy desvalida, que los colectivos aceleren cuando toco timbre, que haya sol cuando quiero que esté nublado, que el tiempo se pase rápido, que se haya decomisado el invierno…
06-) Aferrarse a las ideas hasta destruirlas, ¿hay algo con lo que estés obsesionada?
Me gusta mucho lo que dice Georges Braque, que hay que tener siempre dos ideas, una para destruir a la otra. Igualmente el combate es desigual, no siempre se tiene la alegría de ganarlo y muchas cosas me obsesionan, la peregrinación es una, también ver el cielo o una planta y que existan. Que existan cosas me resulta obsesionante.
07-) ¿Qué estás leyendo actualmente?
En una cartera tengo la genial Exégesis de los lugares comunes de León Bloy y en otra la Clínica del abandono de Alda Merini.
08-) ¿Tienes algún poema favorito?
Es una pregunta difícil que responderé de manera desactualizada. Cuando estaba terminando la secundaria compré un cuaderno rojo brillante donde iba anotando los fragmentos que más me gustaban. Menciono algunos en el orden caprichoso del cuaderno que fue el orden en que los fui conociendo: Marville de la guerre de Apollinaire, Penseé en mer de Claudel, fragmentos de Los cuadernos de Malte Laurids Brigge, de Rilke, Almas pálidas de Herrera y Reissig, el XIV de los Cantos a Berenice de Olga Orozco, Tu Infancia en Mentón de Lorca, Sala de Psicopatología de Pizarnik…
09-) Escritores favoritos.
Osvaldo Lamborghini. Menciono algunos azarosamente: Anne Sexton, Sylvia Plath, Marina Tsvietáieva, Víktor Shklovski, Ana Ajmátova, Pavese, J.C. Onetti, Felisberto Hernández, Marosa Di Giorgio, Lucio Mansilla, Zelarayán, Lorca, Nietzsche, Rilke, Hölderlin, Trakl…
10-) El futuro es incierto pero quisiera saber que planes tienes.
Actualmente estoy escribiendo –estoy en pausa– sobre unas personas que andan por las dunas. De noche hay vientos y de día no se sabe lo que hay.
11-) Fecha y lugar de nacimiento.
Buenos Aires, Argentina, 15/03/1991.
12-) Hay algo que me gustaría compartir con la gente que no te conoce y es la fascinación que tienes por ver videos de poetas recitando poemas. Podrías hacer una lista de estos videos a manera de playlist como si fuera para una fiesta, una celebración.
➡︎ https://youtube.com/playlist?list=PLJDwL9LDRtblXNGBltjHdNIHUIaITSqxM
01. Ajmátova lee Réquiem
02. Idea Vilariño lee Ya no
03. Sylvia Plath lee The Applicant
04. Anne Sexton lee Her Kind
05. Vladimir Mayakovsky lee Listen!
06. Zelarrayan lee Materia Prima
07. Osvaldo Lamborghini lee Canción de la madre Hogarth
08. Marosa di Giorgio lee Diadema
09. Alejandra Pizarnik lee Escrito con un nictógrafo, de Arturo Carrera
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La edición de nala está disponible en nuestra página web: https://lasinjurias.com/product/nala-agustina-zelalic/
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